La más horrible noticia vista en un diario o periódico, resulta mucho menos infartante que esa misma noticia escuchada en un noticiero de televisión, acompañada de música casi sacra y la voz en off de un periodista que la relata en el más lastimoso tono que comparativamente se asemeja al lamento de los condenados.
Personas mayores o aquellas que se ven afectadas por las emociones, abstenerse de ver noticiosos por televisión, al igual que escuchar a los relatores de fútbol que contagian su propio estado de nerviosismo cuyo origen es atribuible a muy diversas causas, pero absolutamente innecesario.
Jorge Horacio Richino.
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