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Sabemos que la vida es como un viaje en tren y por ende no es gratuita.
Te cobra un precio elevado: Para algunos muy costoso y para otros menos, pero nadie se salva de pagar el pasaje.
Lo más importante es conocer claramente el deseo de tu destino (aunque por hechos fortuitos pudiera desviarse o truncarse antes de ser cumplido).
La meta debe estar bien fijada y el pasajero bien atento al camino para asimilar todo lo que se presenta en el viaje con la finalidad de aprender y conocer.
Debe estar muy pendiente para no quedarse dormido y así correr el riesgo de pasarse del punto en que debe cumplir sus objetivos.
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Jorge Horacio Richino.
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