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Evidentemente -y no hay que sacar muchas conclusiones para darse cuenta, que- si ya encontrándonos en la primera década del siglo XXI no habla toda la humanidad un idioma común y universal, es que claramente a muchos países y organizaciones internacionales; vaya a saber por qué desconocidas razones, o -tal vez- conveniencias particulares, no les ha interesado trazar algún plan en este aspecto. (obviamente sin que se abandone la lengua original de cada región).
Esto me hace presuponer que la humanidad no estará en el futuro tan unida y con todos los cordiales manifiestos de paz y amor a flor de piel, entre los pueblos que conforman este mundo.
Es una conclusión muy personal, que no por ello debe ser absolutamente cierta, pero vale la pena tenerla en cuenta, ya que cuántos beneficios hubiese podido aportar a todo el género humano esta fantástica y práctica -pero casi utópica- posibilidad.
Es cierto también que es obra de los pueblos el poder llevarla a cabo, pero parece que nadie se pone de acuerdo y que seguramente antes terminará la vida en este mundo, que se pueda cumplir con este deseo para algunos muy importante. (conforme el ángulo desde el cual se lo mire).
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Jorge Horacio Richino.
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