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Ya llegados a la primera década del siglo XXI, no es necesario aclarar que: medios de comunicación como la radio y la televisión han llegado a este mundo para quedarse definitivamente hasta el fin de todos los tiempos de esta civilización.
Atento a ello es recomendable de manera primordial, para la salud de la mente, que no se escuchen o vean tantos programas periodísticos e informativos teniendo en cuenta cuan acelerados están sus conductores; seguramente acuciados por el costoso valor del minuto en el aire, por querer abarcar muchos temas en un lapso de tiempo no suficiente, por la carrera hacia la obtención de un mayor ranking/rating, y porque -dichos conductores- se van acostumbrando a la velocidad casi sin percibirlo, actitud que transmiten al oyente/televidente y de la que se ha comprobado que es perjudicial para la salud.
La otra alternativa consiste en que los periodistas e informadores tomen noción de su aceleramiento verbal e intenten regularlo a un ritmo más normal, lo que también sería provechoso para la salud mental de estos últimos.
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Nota: Es necesario aclarar que existen excepciones a esta "casi regla" hoy día bastante impuesta en los mencionados medios.
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Jorge Horacio Richino.
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